2022 ESCULTURAS - Luis Balbuena

Exposición de esculturas del artista Luis Balbuena Del 20 de octubre al 5 de noviembre

ARTE Y TRABAJO

Fue a fines de la década de los 90 cuando conocí a Luis Balbuena.
Integraba un grupo de jóvenes artistas -hoy todos con un recono-
cimiento merecido en nuestro medio-, entre los que se encontra-
ban Gustavo Serra, Federico Méndez y Marcelo Larrosa. Fue en el
marco de aquel entrañable jardín, casa y museo de la calle Mateo
Vidal. Ahí tuvo su estudio el artista Francisco Matto y continuó
teniéndolo Serra a la muerte de aquél. Si antaño fue lugar de
tertulias artísticas, continuó siendo un lugar mágico de encuentro
de artistas jóvenes, por suerte.
En ese entorno -ya sin la presencia del Matto pero con la impron-
ta dada por sus obras todavía presentes en profusión-, y con el
Museo de Arte Precolombino totalmente montado aunque no
abierto al público, fermentó esa nueva generación.
En la exposición realizada en 2008 en la recién inaugurada Gran
Sala de planta baja del MuHAr -en ocasión del homenaje a
Gonzalo Fonseca-, esos cuatro artistas ya señalados y Daniel
Batalla, mostraron que la corriente torresgarciana estaba latente y
fecunda. Muy lejos ya de lo constructivo esquemático pero con
fuerte composición, vitalidad y colorido (en ello se reconocía la
influencia de Matto). Allí todavía, la pintura de caballete era la
elegida por todos.
Más recientemente, en noviembre del pasado año, otro homena-
je convoca al grupo -entre otros artistas-, al MuHAr: en este caso
al maestro Julio Alpuy.
Acá me sorprendió la obra presentada por Balbuena, que claro
era producto de trabajos que venía haciendo desde hace años pero                                                                                                                         los cuales yo no había venido siguiendo: una escultura en cemento.
Y digo que me sorprendió no sólo por ser eso, una escultura
-expresión que yo no le conocía-, sino por su composición
geométrica, su contundencia volumétrica y sus referentes clasicistas.
Ahí ya se podían ver aunadas la fuerte estructuración de carácter
torresgarciana con la volumetría monumental de tres referentes
acá nombrados: Matto, Fonseca y Alpuy, junto a la formación
clásica absorbida durante años. ¿Pero de dónde esa formación
clásica? Si nos retrotraemos a los tiempos de la casona de la calle
Mateo Vidal, podremos recordar que Matto, pese a haber logrado
reunir una importantísima colección precolombina y mostrarla en
lo que fue el primer “Museo Precolombino” de Uruguay, tenía
también un pequeño conjunto de piezas “de referencia” de
variadas culturas: tribales como son las africanas y de Oceanía,
pero también egipcias, micénicas, cretenses, etruscas, griegas y
romanas. Y también sus visitas al Museo de Historia del Arte para
dibujar a los clásicos debió dejar su marca.
Todo eso es visible en esta selección de esculturas que nos
presenta aquí Balbuena. Algunas son claramente marcadas por
alguno de esos referentes; otras son síntesis de todo ello. Pero en
el conjunto se puede apreciar una búsqueda y finalmente unos
muy logrados resultados a través de su sensibilidad y su destreza,
porque la escultura es eso: arte y trabajo de la materia.

Gustavo Ferrari Seigal

Conservador del MuHAr

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