Kela Báez: el arte de dar forma a la materialidad
Inauguración: Jueves 20 de marzo a las 18 horas.
Kela Báez (1936-2023)
Nacida como María Teresa Báez García el 17 de febrero de 1936 en India Muerta, Rocha, Kela como la llamaban, creció entre los sonidos del viento, la textura del barro y los diversos elementos del campo. Su infancia estuvo marcada por la admiración por el arte, en especial por Picasso, cuyas imágenes, -especialmente el Guernica- marcaron su juventud y su obra posterior, siendo usual encontrar en su producción piezas asociadas a lo bélico y al sufrimiento que estas acciones causaban. Este interés o preocupación por la guerra como escena para la creación, estuvo signado también por las anécdotas e historias que hacía sobre la Guerra Civil Española su madre cuando ella era pequeña. Este interés se incrementó en su juventud cuando escuchaba con fascinación las discusiones de jóvenes anarquistas exiliados de España, lo que amplió su mirada sobre el mundo y el arte.
Desde pequeña Kela encontró en la naturaleza su primer lienzo: dibujaba en la tierra con ramitas, modelaba figuras con barro y conversaba con los árboles, sus amigos. En 1947 tras la muerte de su padre, Kela y su madre se mudaron a Montevideo. Durante su juventud en la ciudad, se sumergió en una intensa vida cultural: el teatro, la música y los conciertos que le enriquecieron profundamente.
Kela Báez rompió con las estructuras tradicionales de la cerámica, expandiendo su lenguaje artístico hacia la escultura y la incorporación de nuevos materiales. Sus obras fusionan cerámica con hierro (incluso sometido al horno), tiento y chapas, generando piezas de una expresividad singular. Además desarrolló un trabajo muy particular en pintura, utilizando para ello además de acrílicos, los propios pigmentos cerámicos. Su obra se compone también de diversos estudios y dibujos a lápiz, carbonilla y bolígrafo, así como algunas xilografías.
El recorrido artístico de Kela estuvo marcado por una búsqueda incesante de conocimiento y experimentación. Su incursión en la cerámica comenzó en 1978 en el Hogar de la Empleada, bajo la guía de la profesora Aída Goldaraz. Allí aprendió técnicas de aplicación de engobes y bruñido, comprometiéndose con su aprendizaje de manera inquebrantable. Con los años, la profesora la invitó a asumir la docencia junto a otras dos compañeras, rol que desempeñó hasta 2009 de forma honoraria, formando en este arte a mujeres adultas.
En 1986 ingresó a la UTU y dos años más tarde obtuvo el título de Técnica Ceramista Profesional. En 1988 comenzó a ampliar su exploración en el taller de Jaime Nowinski, donde profundizó en el uso de esmaltes plúmbicos y más. Paralelamente, en 1993 ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde estudió dibujo y pintura con el maestro Anhelo Hernández, quien la incentivó a trasladar ciertos conceptos al volumen, dando origen a sus primeros murales. Años más tarde recibió el título de Licenciada en Arte-Artes Plásticas y Visuales.
Su formación continuó a lo largo de los años. En 1999, tras el fallecimiento de su madre, viajó a la 6ª Bienal Latinoamericana de Cerámica Artística y Artesanal, en la Universidad de Santiago de Chile, donde expuso su trabajo y se formó con el reconocido ceramista Jorge Fernández Chiti. Luego de su jubilación del Colegio y Liceo Jesús María, en el que había impartido clases durante décadas, retomó su aprendizaje en 2015 en el Taller Barrientos, investigando el gres y reafirmando su espíritu inquieto y su constante evolución artística.
Kela Báez falleció a los 88 años, un 20 de setiembre, dejando tras de sí una vida marcada por la curiosidad, el amor por el arte y la incesante búsqueda de la expresión propia.