Montevideo 300: sincretismo en su historia cultural
Desde el 26 de noviembre hasta el 28 de diciembre de 2024.
La Banda Oriental durante el Siglo XVIII fue un territorio de frontera y de disputa entre una variedad de actores: la corona española, la corona portuguesa, los indígenas de las misiones jesuitas, y los “indios infieles” que estaban por fuera del control jesuita. En este contexto histórico plagado de complejas relaciones interétnicas es que se dio el proceso fundacional de la ciudad de Montevideo. Este proceso históricamente se ha estudiado desde la perspectiva del criollo, dejando de lado la del indígena, tan importante en el transcurrir del proceso. La mano de obra indígena -sobre todo de la región de los tapes- fue utilizada para la construcción de parte de las murallas de la ciudad. Incluso se hablaba del “jornal del tape” en referencia a pagas muy bajas. Pero, además de la importancia en el proceso fundacional, hay que destacar el legado cultural de estas poblaciones indígenas a las siguientes generaciones, manifestado por ejemplo en el origen de ciertos topónimos, la boleadora y el mate.
En el marco de las actividades conmemorativas de los 300 años del proceso fundacional de Montevideo, el MuHAr realiza esta exposición con el propósito de destacar el aporte indígena a la producción artística, para el consumo cultural criollo en el mundo colonial, con ejemplos regionales y locales, durante los siglos XVIII y XIX.
Desde el comienzo del periodo colonial, la diversidad de pueblos nativos se vio sometido a un proceso de evangelización impuesto por el poder dominante de origen europeo. Esta evangelización se enmarca en un proceso de cambio cultural que tuvo su reflejo en el arte americano, arte caracterizado por la presencia de un entramado de aspectos de origen indígena y europeo, denominado sincretismo religioso.
Esto dio como resultado el surgimiento de una vasta variedad de estilos artísticos, en los que cada población marcó su impronta en las distintas obras. En este contexto se destacan la escuela cuzqueña, la escuela potosina y, con mayor cercanía, el arte misionero.