2019-MEDIAS PALABRAS

Exposición de la artista plástica Elena Villamil en la galería sobre Ejido del MuHAr. Del 14 al 31 de marzo.

MEDIAS PALABRAS

La posibilidad de repensar el pasado desde el presente, la usamos para realizar este ejercicio visual-memoria. En la década de los setenta y parte de los ochenta del siglo XX; nuestro país estuvo signado por cambios sociales, culturales y políticos que culminaron con la Dictadura Cívica Militar. En ese nefasto período de tejidos que se rompían, fibras perdidas, urdidos-sociales tensos... nos tocó vivir desde la docencia. Con la pérdida de la categoría de "Ente Autónomo", el sistema educativo transitó por la centralización, la censura, la uniformidad de términos linguísticos, censura en las prendas textiles de mujer dentro de los salones de clase... En aquella época se implementó la vigilancia social. Una sociedad controlada de un país panóptico (Michel Faucault "Vigilar y Controlar") que mediante la amenaza buscaba mponer un nuevo orden. Para las docentes, estuvo prohibido entre otras cosas, el uso de pantalones en las aulas. La pollera fue la prenda obligada y con ellas "las medias largas". Las Panty-medias, aquellas que obligadas llevábamos pegadas a la piel, como rejas cuadriculadas por donde se escurría la textura resbaladiza y fría del miedo. Vigilar implica controlar -en espacios públicos y privados-, todo aquello que se trasmitía por la palabra hablada y escrita. Por eso recurrimos a la memoria de los que como yo, vivimos ese período y salimos a preguntar:

“¿QUE PALABRA-PROHIBIDA RECUERDAS DE LA EPOCA DE LA DICTADURA?”

Preguntamos a 100 personas de diferentes ámbitos, para que representaran y formularan la palabra escondida o el silencio. Palabras que habitaban en la casa del tiempo-memoria, con sus significantes y significados para cada uno distinto. Las medias Can-Can, como se decía y las palabras, son con las que teníamos que lidiar las docentes a diario. De eso se trata nuestro proyecto. Las mayas de medias tensadas, intervenidas, escaneadas, colocadas en bastidores, dialogan con palabras dichas por la gente, sostenidas en un alambre, como ropas al viento. Queremos poner en escena una interpretación y un aporte al conocimiento de nosotros mismos como cuerpo histórico y cultural, a las nuevas generaciones. Ya que el Arte debe ser receptivo a las voces y relatos provenientes de distintos ámbitos historiográficos y de las ciencias sociales, propiciando el pensamiento crítico, problematizando el discurso textil y la producción cultural.

Blanca Villamil

 

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