2023-Niños, angelitos, amorcillos y querubines en la estatuaria del MuHAr

Exposición dedicada a los niños donde se reúnen piezas de diversas culturas y épocas (desde la Antigua Grecia al Barroco). Muchas de estas obras no habían sido expuestas nunca antes y otras en contadas ocasiones. Del 22 de julio al 19 de agosto de 2023.

NIÑOS, ANGELITOS, AMORCILLOS Y QUERUBINES
en la estatuaria del MuHAr


Desde los albores de la civilización, la representación de los
niños y las niñas ha sido un tema muy popular en las distintas
variantes de la expresión artística. La ternura, simpatía y fran-
queza de la niñez no le fue indiferente a los artistas que busca-
ron retratarla y también idealizarla. La representación de la in-
fancia que vemos en un lienzo o en la creación a partir de un
trozo de mármol, fue lo que el mundo adulto quiso que aquella
fuera. Sin embargo, niños y niñas con su mirada auténtica y sin-
cera lograron perdurar a través de estas obras para ayudarnos a
conocer la historia que tenían para contar.

La niñez en la Antigua Grecia


Los niños y las niñas en la antigua Grecia se divertían con muchos juegos, algunos de los cuales siguen
vigentes, como es el de la “gallinita ciega”. Los juguetes -como las muñecas, el yo-yo y los carros con
ruedas- funcionaron como elementos de distracción y diversión de infantes, que quedaban a cargo de
las mujeres de la casa. La llegada de un nuevo niño o niña al hogar representaba una preocupación para
toda la sociedad. Incluso grandes filósofos como Platón y Aristóteles, aconsejaban a las madres hacer
ejercicio y alimentarse de manera adecuada. Finalmente, el momento del nacimiento era sabido por
todos los habitantes de la polis; cuando un nuevo habitante llegaba a un hogar, se colocaban en las
puertas de su casa guirnaldas de olivo si era varón o adornos de lana si era nena.
Hasta los 6 años de edad, niños y niñas pasaban la mayor parte de su tiempo en el gineceo -parte de
la casa de la época en donde vivían las mujeres- en compañía de sus madres. Estos primeros años esta-
ban dedicados casi exclusivamente al juego aunque se encuentran excepciones. En sociedades guerre-
ras como la espartana, las madres inculcaban a sus hijos varones la importancia de la guerra, entregán-
doles su primer escudo acompañado de la frase “vuelve con él o encima de él”. La relación con los
padres varones solía ser más distante aunque también hubo excepciones. A partir de los 7 años niños y
niñas empezaban a ir a la escuela o -en el caso de las familias más ricas- quedaban a cargo de un “pe-
dagogo”.
La representación escultórica de la infancia fue muy difundida en Grecia porque su imagen solía repre-
sentar la pureza. Esta etapa de la vida era asociada además a otro aspecto ritual dentro de la religión
griega: no tener contaminación con la cercanía de la muerte.

La niñez en el Renacimiento


Los cambios acontecidos durante el Renacimiento -época iniciada a mediados del siglo XV y que puso
fin a la Edad Medía- transformaron algunas prácticas, muchas de ellas asociadas a la crianza. Durante
esta época, la crianza estuvo fuertemente signada por la clase social a la que pertenecía. En clases so-
ciales más altas, asociadas a la nobleza, se apegaron a las ideas de crianza de los pedagogos humanis-
tas.
El cambio fundamental tuvo que ver con el rol de los progenitores; la crianza ya no fue realizada en co-
munidad ni en conventos. Niños y niñas pasarían la mayoría de su tiempo con sus padres y madres,
quienes tenían el deber de procurar el personal adecuado para su educación, aunque seguían mante-
niendo la palabra autorizada en materia de crianza.
Esta re-significación de la relación filial también se trasladó al arte: la imagen medieval de María con
Jesús dio paso a retratos aristocráticos, muchas veces cariñosos, de progenitores con sus hijos e hijas.

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